Esta es la traducción del sexto capítulo disponible en la web de Making Music. Creative Strategies for Electronic Music Producers. Un libro escrito por Dennis DeSantis y editado por Ableton con una colección de soluciones frente a bloqueos creativos.
Problema:
En abstracto, sabes que quieres hacer música. Pero el proceso actual para hacerla a veces parece una tortura.
Sabes que trabajar con música puede traer momentos de felicidad: Cuanto es trabajo está yendo bien, la música suena genial y estás en un estado en el que dejas fluir las cosas. Pero parece que hay tantos o más momentos de agonía. A pesar de nuestras mejores intenciones, hay muchas razones por las que procrastinamos, incluyendo el miedo al fracaso, miedo al éxito o simplemente pereza.
En el capítulo denominado Trabajando (traducción disponible próximamente), discutimos sobre la inevitable realidad de que trabajar es la única manera de hacer progresos en realidad. Pero aquí tenemos un consejo para ponernos a trabajar.
Solución:
Si eres un procrastinador crónico, no estás solo. Muchas personas creativas (y no creativas) sufren de un rechazo hacia determinadas tareas y pueden encontrar cualquier excusa para evitar acabar el trabajo que realmente necesita ser finalizado. Una estrategia para superar la procrastinación que es usada habitualmente en el mundo del desarrollo de software se conoce como «timeboxing».
«Timeboxing» simplemente significa asignar una cantidad de tiempo fija para una tarea en particular. La cantidad de tiempo que elijas depende de ti, pero debería ser lo suficientemente corta para que sea manejable fácilmente por incluso los procrastinadores más enérgicos. Por ejemplo, puedes decidir gastar 20 minutos en el diseño sonoro. Siguiente, ajusta el temporizador, trabaja sólo en diseño sonoro y para cuando acabe el temporizador. Finalmente, tómate un descanso (cinco minutos o así). Entonces, repite el proceso, tal vez con otro tipo de tarea sin relación (por ejemplo, programación de baterías, arreglos, etc…). Tras cuatro y cinco tramos de esta combinación cronometrada de trabajo/descanso tal vez quieras tomarte un descanso más largo.
Los “timeboxes” cortos funcionan porque parten las intimididantes tareas con un final abierto en trozos fácilmente manejables. No importa como de doloroso sea el trabajo creativo, cualquiera puede hacer durante 20 minutos. Es importante que trabajes realmente estos 20 minutos intensamente y sin interrupción. Pero igual de importante es que pares al final. No importa cómo de productivo seas o como de cerca sientas que ten encuentras de alcanzar un estado en el que las cosas fluyan. Cíñete al “timebox”.Tal vez parezca que sea contraintuitivo. Después de todo, si finalmente te has engañado a ti mismo para disfrutar el proceso ¿no tiene más sentido seguir adelante hasta que tu atención te lo permita? La razón por la que esto es peligroso (al menos de primeras) es porque se corre el riesgo de acabar en una sesión de trabajo larga que acabe en algo frustrante o decepcionante. Cuando esto ocurre, tus recuerdos de la sesión serán que fue tanto mala como demasiado larga que tal vez refuercen tus tendencias procrastinadoras. Por otro lado, si acabas mientras está siendo divertido, te sentirás con más energías y listo para ir hacia adelante una vez haya finalizado la pausa.
Tras unos días trabajando con una rutina sistemática de “timeboxing” tal vez notes que tu procrastinación latente vaya a menos y que sientas la necesidad de trabajar sin interrupciones. Llegados a este punto, tal vez quieras usar “timeboxes” más y más largas. Eventualmente, tal vez te sientas capaz de centrarte sin la necesidad de ninguna asistencia después de todo y considerar que tu procrastinación ha sido curada. Si vuelves a encontrar que estás volviendo a tus viejos hábitos de trabajo que quieres evitar, simplemente prueba a usar el temporizador de nuevo.
Texto original disponible aquí.